El maldito Virus.

El sueño de la razón produce monstruos

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Este año los nazarenos de Sevilla nos quedamos en casa. Este año no nos ponemos el antifaz, capirote, capa, o esparto. Este año no cogemos ese cirio que ilumina, esa cruz que pesa. Este año no sacamos a nuestras sagradas imágenes a las calles. Este año la ilusión no la sesgó la lluvia, el trabajo o las inclemencias. Este año en el Domingo de Ramos, la Campana enmudecerá en un respetuoso silencio. Este año, nunca mejor dicho, la penitencia va por dentro. Un año en el que mis hijas, por primera vez, no harán estación de penitencia, vestiditas de monaguillo. Mi mayor con nuestro Cristo de los Estudiantes, la pequeñaja con el Cristo del Buen Fin. Momento difícil de lágrimas compartidas. Pero la luz del cirio no se apaga NUNCA. « Sed la luz que ilumina el mundo, que diga la verdad, la única verdad, que YO soy el CAMINO…

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